jueves, 29 de noviembre de 2012

Comiendo fuera.



Ayer me di cuenta de que pierdo totalmente el control con la comida cuando salgo a la calle.

Me explico. Estos días tengo que hacer las comidas fuera de casa por que me paso el día en la universidad. Normalmente me suelo preparar yo la comida y la llevo, así sé exactamente que como, cuantas calorías y puedo estar tranquila. Pero hay días, como ayer, que no cuentas con que tienes que comer fuera y terminas con tus compañeros en un Burgerking.

Echo de menos cuando no salía de casa, no tenía que ir a ningun lado y podía comer exactamente lo que debía sin que las circustancías se me fueran de las manos.

Y muchas pensareis que con no pedir nada cuando voy a esos sitios tendría suficiente, pero no es tan sencillo. Esos días compenso no volviendo a comer nada más en todo el día pero aun así termino descompensada y mi cuerpo se resiente. Lo que se traduce en: no pierdo peso, me hincho, me frustro....





lunes, 12 de noviembre de 2012

Food, STAHP!



Estos días son un continuo de altibajos a lo largo del día que me traen de cabeza.

Hoy he pecado, he ido a comer con mis compañeros de clase al wok justo al salir de clase. Me he sentido orgullosa de mi misma en todo momento por que he sabido controlar. Hoy no desayuné más que un té y, en el wok, me limité a comer un plato de verduras del tamaño de uno de postre, salteadas y tres bollitos del tamaño de un bocado al vapor. Con eso, tendría cubierto el cupo de comida para todo el día y me daría para poder cenar unas lonchas de pavo y mi té.

Eso pensaba yo. Pero uno de mis compañeros sabe que adoro los profiteroles ....y nos ha servido para ambos un plato entero.

Y he perdido.

Me he comido seis profiteroles. SEIS. Es horrible como se va a la mierda todo mi esfuerzo y mi voluntad no tiene peso. Me he sentido tan culpable que me ha dado hasta dolor de estómago del cargo de conciencia. Y como si esto fuera poco, mi karma ha decidido que lleve toda la tarde repitiendoseme los profiteroles...para recordarme lo mal que lo he hecho.

No pienso comer absolutamente nada más por lo que queda de día

La comida es droga. Una droga que te debilita, te hace totalmente dependiente, te mata si abusas, te mata si la suprimes. Y tienes que vivir con el mono durante toda la vida.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Y sigo igual.

Últimamente estoy un poco despegada del pc y apenas doy señales de vida ¡lo siento!

Entre idas y venidas, comer fuera, reuniones con claustros que no pueden ser en una sala de la universidad, no, tienen que ser comiendo fuera, etc. Estoy pasandolo un poco mal con el peso. En casa apenas como y lo que cae procuro que sea 100% verdura fresca y fruta.Y cuando salgo fuera procuro comer ensaladas o lo más sano de la carta. Le tengo pánico a los fritos y las comidas muy elaboradas...¡son las más caloricas!

No engordo. Pero tampoco adelgazo.

Estoy empezando a dejar mis 200gr de verdura de la cena y pasar a tomarme simplemente un té. A ver si eso ayuda a romper un poco el ritmo extraño que estoy llevando. Quizá tambien deje mi rebanada de pan integral que tomo a la mañana. Son los únicos hidratos de carbono que tomo, pero me da miedo que eso también me entorpezca.

Y bueno, aparte de mis pocas novedades en cuanto a peso...poco más hay que contar. Bueno si, hoy fui al mercado y me pasó una cosa un tanto desagradable.

Me encanta ir al mercado, la fruta y la verdura siempre es recien traida de la mañana y el ambiente que se respira allí me hace disfrutar. Fui a mi puesto preferido a comprar y mientras esperaba mi turno me puse a mirar los puestos de al rededor. Mala suerte la mia, por que el de justo en frente es una carnicería y tuve que presenciar durante 20 largos minutos como desollaban a un par de pobres conejitos, los vaciaban y los cortaban en trozos. Me he vuelto a casa con el estómago revuelto y con menos ganas aun de probar la carne.

Es que no puedo.

En fin. Espero que para el lunes mi báscula se haya movido.

¡Buen finde!